Hoy nos hemos reunido en la parroquia de San Jorge, para celebrar una eucaristía, para despedir a una profesora que ha compartido con nosotros parte de su vida: la Srta. Amalia.
Ella, ha recorrido un largo camino en el Beaterio y ahora se merece descansar.
En dicha eucaristía le hemos dado gracias al Señor por todos estos años de dedicación, formando parte de esta gran familia y le hemos pedido que la bendiga en esta nueva etapa.
Son muchos los recuerdos que guardarás en el baúl de tu corazón; muchas las dificultades vencidas, los sueños logrados, los cansancios superados... pues además te tocó un servicio aún más complicado de ser la directora, asumiendo esta responsabilidad en momentos muy complicados.
Hoy, la Comunidad Educativa del Beaterio ha querido agradecerte todos estos años de entrega y de lucha, sembrando en tierra fértil las pequeñas semillas que, darán sus frutos, aunque ni siquiera tú los veas. Como decía la Madre Teresa de Calcuta:
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñaran tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Pero cada vez que vuelen, sueñen o vivan, estará la semilla que sembraste.
¡Gracias por todo, Amalia! ¡Qué Dios te bendiga!
Recuerdo que cuando yo entré en el Beaterio, allá por el año 1992, ella era la Directora. Era temida, respetada y quería a la vez. Con los años te das cuenta de cosas y empiezas a valorar lo que personas como ella te brindan en el camino. Agradecer su generosidad, su profesionalidad y sus años dedicados a la enseñanza en la que además de enseñar, hacía que la historia de cada alumno fuera un poco de ella, ayudando en lo que estuviese en sus manos. Me siento orgullosa de haber pertenecido a la familia que se crea ahí en ese colegio, el Beaterio, con todos y cada uno de sus profesores, alumnos, monjas. Un saludo
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